La llama es aquella que quema dentro
Donde crepitan inquietos y sombríos
Sentimientos oscilantes,
Pedidos de socorro constantes
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Aquela é a chama que queima dentro
Onde crepitam inquietos e sombrios
Sentimientos oscilantes,
Pedidos de socorro constantes
El problema no eres tú, aunque intenten decirte lo contrario constantemente.
Se generan sentimientos contradictorios que muchas veces nos confunden sin tener claro cómo solucionarlo. Dicen que es el estrés. Las jaquecas después de currar todo el día son solo la consecuencia de nuestro esfuerzo. El cansancio demoledor se recompensa a fin de mes.
Escuchamos a unos diciendo que «hay los que no quieren trabajar y quieren mamar de la teta del Estado», otros que repiten que trabajando es la única manera de hallar la libertad. Cuán enfermos debemos estar para decir tales estupideces... y se replican, se multiplican, se materializan.
Estamos perdiendo «algo» irrecuperable a costa de condiciones impuestas por una norma de mercado, regidas por las manos de aquellos que manejan el poder. La conciencia de clase hoy es un mito, pero no podemos negar las diferencias que hay entre iguales. Vivimos una dualidad que tiene miedo del conflicto que hay cuando uno se desvela. Aunque podamos pagar, bajo hipotecas o créditos mentirosos, las deudas son inmensurables, los impuestos no perdonan. Hablamos de economía todo el tiempo y parece ser que para entender la vida tal como es, es necesario tener las cuentas afiladas y saber los porcentajes precisos, porque la tomadura de pelo es inminente. Nos mienten continuamente.
Perdemos nuestras casas, nos echan de nuestros espacios, nos roban nuestro «algo». «Algo» como tiempo, algo como sanidad mental, algo como la particularidad de ser quienes queremos ser por voluntad propia. Nuestra peculiaridad, aquella que carga nuestras inquietudes, nuestros deseos, los conflictos, las dudas, falla. Falla porque como individuos, estamos plasmadas en pantallas de cristal táctiles, falla porque romantizamos las relaciones cuando en verdad las deberíamos saborear con honestidad, sin fantasías. Fallamos, pues, porque cada una está tan centrada en sí misma, que no es capaz de extraer una óptica general del entorno catastrófico que está proyectado en un futuro próximo. Bueno, hemos sido poco justas; en este presente aterrador que promete consecuencias duras. Si es que no las vivimos ya.
El sistema ha logrado transferir la responsabilidad de sus crímenes a nosotras, haciendo que nos sintamos partícipes de su imperdonable error: su manipulación constante ha podido hacer que nos sintamos culpables por existir y que le debamos «algo». Por eso el trabajo asolador, por eso las condiciones injustas. Las clases sociales están escondidas bajo tierra. Nos han vendido la moto de que la posibilidad de comprar nos permite ascender.
No queremos ascender en la sociedad capitalista y creemos que el consumo es una arma letal para las relaciones que construimos y para el entorno que generamos de manera diferente, feminista, autónoma y radical. Sabemos que el «hazlo tú mismo» ya ha sido contaminado por el arte como una epidemia sin cura. No queremos ser piezas de plástico en tu toca discos como un adorno más para tu colección de mierda. Sonamos mal, tocamos mal y queremos que salgas enojada después de no entender lo que hacemos, al fin y al cabo, este punk que tanto adoráis, huele a pedo vegano y su insipidez nos da asco.
Sin embargo, somos producto de lo que criticamos, no podemos negar las contradicciones, porque seguramente pensarás que somos artistas que se mueren en el intento. Lo que hacemos es fruto de una necesidad de decir cosas, de cuestionar los medios en que nos movemos y de disfrutar de la presencia de los nuestros cuando tocamos en un concierto. Intentamos, aunque torpemente, transmitir honestidad y sin ninguna duda, somos el resultado de lo que muchas otras personas han aportado. Así que aquí no caben elogios o méritos.
De todas formas, nos gustaría remarcar que seguimos ansiosas, con este dolor en el pecho que reafirma que algo no va bien del todo. Por más bien que aparentemos, por las más infinitas risas que nos echemos, estaremos siempre, siempre preocupadas.
Con una mentira atascada en la garganta.
credits
released December 22, 2017
Gravado na casa do Maluquinho no outono brasileiro de 2017, pelo Maluquinho acompanhado de um amigo que disse amar o Mentira. Mix por Dani Frutos.